Y bien, luego de mucho tiempo sin escribir nada y sin que pase absolutamente nada respecto de comentarios en el blog, mas alla de la mejor onda de los usuarios anonimos que a esta altura ya se habran dado cuenta que me caen de maravilla. Al fin y al cabo, son los unicos que postean!
Les quiero comentar a todos, que hoy terminé este año lectivo en la facutad. Sé que no les importa, y justamente por eso se los cuento. La gente suele contar cosas que a la otra gente no le interesa, pero por algun motivo lo escuchan. En este caso lo leen.
Mas de uno ya habra abandonado la lectura a esta altura del partido, mientras tomo un mate y me como unas 9 de oro azucaradas, lo cierto es que si llegaron hasta aca, ya tienen ganado mi cariño.
La materia que dí hoy fue especial, porque con esa materia se recibieron aproximadamente 8 personas. En el aula habia padres, madres, hermanos, parejas, sacando fotos, filmando como la profesora le firmaba la nota, etc. Y despues claro, los huevos y toda la bola.
Pero ahi me agarro el momento de la reflexion. Uno entra a la facultad con un objetivo, o varios, pero el objetivo ultimo es recibirse. Pasan años, nervios, parciales, recuperatorios, noches sin dormir, profesores, compañeros, amigos, etc... Y asi, un dia, despues de muchos años, una firma dice que te recibiste. Que eso que esperaste por tantos años, llegó.
Cuánto dura la firma? Cuánto dura ese abrazo con tu amigo? Cuánto dura el grito de "me recibi"? Creo, y pensando seriamente, que lo que mas debe durar es la ducha para sacarte las cosas que te tiran. Es decir, todo eso dura nada. Lo que costó años, dura nada. Y cambia mucho.
Porque, si por ejemplo venis trabajando, ya no hay levantarte para ir a la facu, ya no hay dias de parciales, no hay chamuyar en un parcial, ir por los pasillos, saludarte con la gente conocida. Y si no laburas, bueno, quizas ahi es cuando el "Y ahora qué" toma una fuerza terrible no?.
En fin, no podria sacar una conclusion, quizas es un mensaje algo "melancolico" pero no es la idea.
La idea es reflexionar sobre esos momentos pequeños, pero de gran alegria.
Chau, felicidades, como diria Carlos V.